Los gustos y las necesidades van cambiando con la edad. De las multifuncionales y coloristas habitaciones infantiles y juveniles pasamos a habitaciones más «limpias» y despejadas cuando se trata de chavales de más edad como es el caso que nos ocupa.
El primer cambio que notamos con la edad es la necesidad de una cama mayor. Iosu, que así se llama el muchacho, necesitaba una cama grande, de 135 cm además de grandes mesillas para guardar sus enseres y ropa interior. Estas últimas decidimos que fueran asimétricas por dos motivos, dar mayor amplitud a la zona donde, enfrente, se sitúa la mesa de estudio y jugar con las medidas para que el conjunto no resultase demasiado sobrio.
En la foto se aprecia la amplitud y capacidad de las mesillas. Ese espacio será el que aprovecharemos para situar enfrente la zona de estudio.
También dejamos el paso libre para la total apertura de la puerta de salida al balcón.
Como se aprecia, aunque la habitación tiene buena luz, se optó por jugar con tonos madera y chocolate para los muebles y pintar de chocolate la pared del cabecero lo que hace que resalte aun más su diseño de láminas de madera y la veta de esta a la vez que da un aspecto limpio y ordenado a la habitación.
Esta es la sencilla mesa de estudio con una funcionalidad más acorde con las necesidades actuales del muchacho. La pieza nos encanta. Dentro de su sencillez guarda una elegancia resaltada por el grueso de la tapa y la pata que es de 5 cm, lo cual le da un poderoso apoyo tanto físico como visual y que, combinada con una buena cajonera de tres cajones y de color madera clara crea un conjunto muy armónico. El hecho de no llevar la tapa de la mesa hasta el final es un recurso estético y también condicionado por las necesidades del cliente.
Y ya para terminar y rematar la estancia, seguido a la mesa de estudio y situado frente a la cama, se colocó un gran armario. Este armario disimula a la perfección y sin pérdida de espacio un pequeño pilar que queda justo detrás de la puerta central. Hay un detalle que no he mencionado y que aquí se aprecia bien y es el no uso de tiradores en los muebles. Todos llevan tiradores ocultos y en el caso del armario, con el fin de darle un pequeño toque de color, los lleva embutidos y de color chocolate. El no uso de tiradores contribuye a despejar visualmente la estancia y que quede mucho más limpia.
En definitiva, una habitación elegante donde el combinado de madera clara y chocolate aporta ese punto de color y en la que predomina la habitabilidad frente a la multifuncionalidad de otros proyectos aquí mostrados.